Hace más de 150 años, con la aparición de la revolución industrial alrededor del año 1850, el mundo comenzó a moverse en una dirección que no había anticipado. Los niveles globales de emisiones de dióxido de carbono se dispararon de prácticamente cero a 50 mil millones de toneladas anuales. En un mundo en constante crecimiento y desarrollo, era inevitable. Pero, ¿a qué costo?


Durante el mismo período de tiempo, la temperatura global media ha variado entre 1 grado y 1.5 grados. Puede que estés pensando: "¿Un grado? ¿Eso es todo?" Pues bien, para poner las cosas en perspectiva, durante el último periodo glacial, la temperatura del planeta era solo 6 grados más baja que la actual. Y en la época de los dinosaurios, donde había cocodrilos en el círculo polar ártico, era solo 4 grados más alta.

Un incremento de un grado puede no parecer mucho a primera vista, pero en términos climáticos, es enormemente significativo. Si seguimos emitiendo CO2 al ritmo de crecimiento que tenemos actualmente, las proyecciones para 2100 indican un aumento de la temperatura global de unos 5 grados. Eso podría traducirse en catastróficas consecuencias climáticas como la desertificación de zonas totalmente habitables hoy en día (como la región mediterránea), huracanes y tornados sin precedentes, incendios más frecuentes y flujos migratorios insostenibles derivados de sequías. 


Para evitar los peores escenarios climáticos, necesitamos hacer algo más que simplemente detener la adición de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Debemos eliminar parte de los gases que ya hemos emitido. Eso significa que, a largo plazo, tendremos que absorber del aire más gases de efecto invernadero de los que emitimos. Es lo que se conoce como "emisiones netas negativas".

Quizás te preguntes, ¿por qué eliminar los gases que ya hemos emitido? Bueno, los gases de efecto invernadero que hemos liberado persisten en la atmósfera durante mucho tiempo, algunos incluso hasta 10,000 años. 

Así que, a menos que tomemos medidas para eliminar estos gases, seguirán contribuyendo al calentamiento global durante muchos, muchos años.Así llegamos a la meta de las "cero emisiones netas" para el 2050. Según el Tratado de París, debemos reducir las emisiones en un 50% para el 2030 en comparación con los niveles de 2020. Parece un reto gigantesco, ¿verdad? Pero no es imposible.

En Tesana, creemos que es posible. Estamos construyendo un software que utiliza la inteligencia artificial para ayudar a las empresas a medir, reducir y compensar su huella de carbono de manera sencilla y eficiente. Nuestra misión es apoyar a todas las empresas en su transición hacia "net zero" y ayudar a la sociedad a alcanzar este objetivo crucial para el 2050.

No podemos hacerlo solos, necesitamos que todos estén a bordo. Con Tesana, puedes comenzar a medir, reducir y compensar tu huella de carbono. Unete a nosotros en este viaje hacia un futuro más verde, más sostenible y más equilibrado para todos. Porque un grado hace la diferencia.

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